Día del niño: regalemos desconexión

La plaza está llena. Los chicos y las chicas corren, se tropiezan, suben y bajan de los juegos ansiosamente, aprovechando cada segundo de este oasis primaveral en invierno. Se escuchan los gritos de alegría y entusiasmo mezclados con algún llanto por una caída, fruto del apuro por correr y disfrutar cada segundo.