NI NATIVXS, NI INMIGRANTES: CIUDADANXS DIGITALES

Seguro que ya escuchaste hablar de nativos e inmigrantes digitales, ¿no?

Esta categorización social se inició en la academia y se expandió a la sociedad casi como un sentido común indiscutible: lxs chicxs saben mucho de tecnología digital porque nacieron rodeados por diversos dispositivos y plataformas. 

En cambio, las personas adultas corren mucho más atrás, con menos conocimiento, porque tuvieron que aprender de grandes. 

Como organización que trabaja con toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias, estamos preocupados. ¿La razón? Las personas adultas tienen poca confianza en sí mismas cuando se trata de acompañar en entornos digitales. Como efecto, entre otros, nos sentimos inmigrantes digitales.

Vamos a fundamentar

Esta dicotomía, creada por Marc Prensky en 2001, plantea que por haber nacido en una época determinada, rodeados de tecnología, todxs lxs jóvenes nacen y adquieren fácilmente competencias y habilidades necesarias para utilizar las herramientas de manera reflexiva, crítica y creativa. 

En la otra esquina sitúa a lxs inmigrantes, personas que no conocieron lo digital hasta su adultez y que siempre tendrán su “acento” de foráneos en una era que no les pertenece.

Investigadorxs de la educación han debatido y discutido esta concepción con el correr de los años y la masificación de estas tecnologías. 

Sin embargo, la idea de Prensky sigue girando como un jingle publicitario en un loop eterno. 

  • La dicotomía nativxs/inmigrantes es simple, sencilla y fácil de entender para todxs.
  • Un slogan.
  • Principalmente, porque es superficial.
  • No profundiza en la esencia de una cuestión global, compleja y transgeneracional.
  • No problematiza sobre cuestiones sociales, políticas y económicas, e incluso pasa por alto procesos cognitivos que no se inician de modo natural sino que requieren de trabajo y pedagogía específicos.

Creemos importante vencer la simpleza y la invisibilización de diversos procesos que soslaya esta dicotomía. 

Brechas

Por un lado, no contempla la existencia de una brecha grande y profunda de acceso a Internet y dispositivos digitales. Cabe destacar que aunque hayan nacido tras la aparición de estas tecnologías, no tienen un entorno digital natural. 

Supone, por otro, que el uso instrumental que ese escenario digital facilita genera por osmosis habilidades más profundas o incluso miradas reflexivas y críticas sobre los propios usos digitales. 

Por último, no observa la dificultad que tienen lxs pibxs para incorporar capacidades instrumentales más complejas. Por ejemplo, las ligadas a la programación o incluso la búsqueda crítica de información. 

Todo esto no nace con lxs chicxs, sino que se potencia y aborda en forma integral desde las casas, la escuela y los Estados.

Fomentar la brecha entre niñxs y adultxs, menospreciando las capacidades de lxs mayores de acompañar, potenciar habilidades y usos diversos de las propias plataformas, no parece además colaborar con el futuro.

Vemos una realidad compleja y entramada. 

Los usos, las prácticas, las subjetividades y construcciones de sentido de pibes y pibas requieren de observación, escucha, compromiso, contraste de teorías, debate, inclusión de sus voces y consensos. 

Tenemos como adultos la responsabilidad de acompañar, guiar y apoyar a los más pibes en internet. 

Aunque cueste, tenemos que meter las manos en el barro para poder estudiar, analizar y acercarnos a la comprensión de cómo viven chicos y chicas sus tránsitos en la cultura digital.

 

Facundo Bianco, Lucía Fainboim y Ezequiel Passeron para Faro Digital