La influencia no es gratis

🤑 El poder de influir no es nuevo ni nació con Internet.


Desde siempre existen, en distintos ámbitos, personas que son referencia y que tienen la capacidad, e incluso el rol, de influir sobre su comunidad 🤩 .

🤳🏾 Con internet, la del famosx que te cuenta que el motivo por el cual tiene la cara de porcelana es esa crema regia que está usando, y nada tienen que ver las visitas al quirófano, se convirtió en moneda corriente.
Stories que se cobran de una manera, posteos de otras 💰.
No juzgamos (hoy, acá) la mercantilización de la influencia.
No nos vamos a poner ni filósofos ni pretenciosos (por lo menos hoy, ahora).


🤔 Pero, ¿qué pasa cuando la influencia pasa de contarte los beneficios de un filtro de agua, a invitarte a participar en modelos de inversión de capital?
Una invitación a “cambiar de vida” en un medio sin ninguna regulación en este sentido, al que acceden muchísimos adolescentes, donde la publicidad se confunde con consejos con onda, es peligrosa ❌.

¿Quién controla?
¿Quién asume el riesgo?
¿Quién paga las consecuencias?
Por ahora, nadie.
Más que un reclamo de regulación, estas líneas invitan a un debate urgente sobre las responsabilidades de personajes públicos que, entre otras habilidades, trabajan vendiendo espejitos de colores en plataformas digitales 💨.

🧡 (Texto influenciado por este posteo de @capitanintriga: https://www.instagram.com/p/CYjNYSgLG0j/)

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